El pueblo negro afroecuatoriano

miércoles, 30 de marzo de 2011


Al ritmo de la caderona, la marimba, la bomba, las décimas y la alegría, 500 000 ecuatorianos pertenecientes a los pueblos negro-afroecuatorianos aún luchan por desprenderse del legado de la esclavitud.


Los principales poblados se ubican el Chota, en la Sierra, y en la provincia de Esmeraldas, aunque se han dispersado por todo el territorio; la principal característica de su música, fiestas y costumbres es que todavía no han perdido el esplendor de tierras lejanas.


Probablemente sabemos menos de este pueblo como seres humanos y de sus necesidades que de ningún otro. Junto a la tunda, uno de los demonios de la selva en los bosques de Esmeraldas, casi parece imposible que al finalizar este siglo vivan discriminados.


http://www.terraecuador.net/revista_6/6_nuestra_gente2.htm

Las nacionalidades del Oriente



En las selvas tropicales del Oriente habitan ocho nacionalidades. Su población, hasta 1998, de acuerdo con una publicación realizada por la CONFENIAE (Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana) era de168 202 ecuatorianos. Los Achuar habitan en las provincias de Pastaza y Morona Santiago, su lengua es el achuar; los Cofán en Sucumbíos, su idioma es el aíngae; Los Huaorani en Pastaza y Napo, entre el río Napo y el Curaray, su idioma es el huao tererö; Los Shuar en Pastaza, Morona Santiago y Zamora Chinchipe, su idioma es el shuar; Sionas y Secoyas, hasta hace poco considerados un mismo pueblo, habitan en Sucumbíos, ambos hablan baicoca; la nacionalidad Zápara en la provincia de Pastaza; y finalmente la nacionalidad Quichua de la Amazonía, en las provincias de Napo, Pastaza y Sucumbíos. Los más numerosos son los Quichuas y Shuara, hay pocos Sionas y Secoyas y los Záparos están al borde de la extinción. 

Todos estos pueblos basaban su alimentación en la caza, pesca y las pocas hortalizas cultivadas (especialmente yuca); actualmente la destrucción de los bosques y la colonización los han obligado a buscar otras fuentes de sustento. Con respecto a su vestimenta, lo común son las coronas de plumas de coloridas aves en la cabeza, los dientes de sahíno en el cuello, las narigueras, las orejas perforadas, faldas, y, en general, poca ropa; físicamente, en cambio, su increíble tolerancia a los insaciables mosquitos, los cuerpos bien formados, la piel dura y, en el caso, de los Huao, su “adaptación” (no sudan por nada del mundo). 

La música se hace al son de tambores y cánticos sagrados. La ayahuasca es la bebida sagrada para el shamán en casi todas las nacionalidades a excepción de los Huao que no la utilizan.

La nacionalidad Quichua de los Andes












Entre rondadores, tambores, trompetas, platillos y violines bailan priostes, la chinuca, 1a huasicama, el diabluma, capariches, viejas. vacas locas, etc. Son detalles de las fiestas en la Sierra. Cada pueblo añade o suprime algo, pe ro lo común siempre son los santos, cristos vírgenes. Dicen que la música es triste pero al son de “alza la pata curiquingue” no hay quien llore. Gran variedad de música, bailes y costumbres son la principal característica de esta nacionalidad. Mote pillo, chugchucaras, seco de chivo, hornado, chulpi, fritada, en fin, una inmensa variedad de platos típicos que fácilmente pueden sumar una centena, son los que le dan sabor a su cultura. 


Bien adaptados al frío y al intenso sol montañero o por lo menos bien abrigados, esta nacionalidad es la más numerosa de todas, alrededor de 3 000 000 de ecuatorianos. Está formada por 12 pueblos: los Cayambi en el norte de Pichincha y sur de Imbabura, Cañan en Cañar, Chibuleo en la provincia de Tungurahua, Otavalo en Imbabura, Quitus en Pichincha, Panzaleo al norocidente de Tungurahua y sur de Cotopaxi, Guaranga en Bolívar, Puruhá en Chimborazo, Saraguros en Loja, Salasaca en Tungurahua, cantón Pelileo, Caranqui en Imbabura y Pichincha, y Natabuela en Imbabura. Todos hablan Quichua aunque con algunas pequeñas variaciones de un lugar a otro. En cuanto a su vestimenta, lo común son los ponchos, fajas, anacos, blusas bordadas, las hualcas o collares de colores, los sombreros, chalinas, pantalones altos y alpargatas. Nuevamente, cada pueblo ha diseñado su propia variación y gusto por colores o ciertos detalles, pero en general es fácil reconocerlos.