Entre rondadores, tambores, trompetas, platillos y violines bailan priostes, la chinuca, 1a huasicama, el diabluma, capariches, viejas. vacas locas, etc. Son detalles de las fiestas en la Sierra. Cada pueblo añade o suprime algo, pe ro lo común siempre son los santos, cristos vírgenes. Dicen que la música es triste pero al son de “alza la pata curiquingue” no hay quien llore. Gran variedad de música, bailes y costumbres son la principal característica de esta nacionalidad. Mote pillo, chugchucaras, seco de chivo, hornado, chulpi, fritada, en fin, una inmensa variedad de platos típicos que fácilmente pueden sumar una centena, son los que le dan sabor a su cultura.
Bien adaptados al frío y al intenso sol montañero o por lo menos bien abrigados, esta nacionalidad es la más numerosa de todas, alrededor de 3 000 000 de ecuatorianos. Está formada por 12 pueblos: los Cayambi en el norte de Pichincha y sur de Imbabura, Cañan en Cañar, Chibuleo en la provincia de Tungurahua, Otavalo en Imbabura, Quitus en Pichincha, Panzaleo al norocidente de Tungurahua y sur de Cotopaxi, Guaranga en Bolívar, Puruhá en Chimborazo, Saraguros en Loja, Salasaca en Tungurahua, cantón Pelileo, Caranqui en Imbabura y Pichincha, y Natabuela en Imbabura. Todos hablan Quichua aunque con algunas pequeñas variaciones de un lugar a otro. En cuanto a su vestimenta, lo común son los ponchos, fajas, anacos, blusas bordadas, las hualcas o collares de colores, los sombreros, chalinas, pantalones altos y alpargatas. Nuevamente, cada pueblo ha diseñado su propia variación y gusto por colores o ciertos detalles, pero en general es fácil reconocerlos.
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